Comienza un interés mas fuerte.
Querido Diario:
Hoy estaba sentada en uno de los pasillos del colegio cuando David llegó y se sentó a mi lado, así comenzamos a hablar de nuestras vidas en medio de una charla fluida. Ahí me di cuenta que, a pesar de no creer en mariposas en el estómago, lo que sentía cuando estaba con él no podía ser otra cosa.
Nos faltó tiempo para terminar de hablar, era una charla que no tenía momentos de silencio, me hacía reír todo el tiempo y sentía que nadie podría arrebatarme esa felicidad, de hecho, sonó el timbre para entrar a clases e hicimos caso omiso, nos quedamos hablando con el pretexto de que iban a ser solo cinco minutitos más y de repente estaba sonando el timbre de salida. Nunca me había quedado fuera de clase y menos hablando con alguien, él era mi excepción. Después de ir por nuestros maletines, David me dijo si me gustaría que me acompañara hasta casa y obviamente mi respuesta fue un sí rotundo.